ORGANIZACIÓN Y LUCHA

12 de agosto de 2015

JORNADA DE CAOS EN EL HOSPITAL PUERTA DEL MAR EL 11 DE AGOSTO DE 2015



A las diez de la mañana de hoy han comenzado a rezumar aguas fecales por las arquetas de varias dependencias situadas en el pasillo de la planta baja del hospital (locales del Sindicato Médico y USAE), junto a la entrada principal, sin duda, uno de los lugares de mayor tránsito de usuarios y trabajadores de todo el hospital. Además de ello, y justo debajo de este lugar, también empezó a caer  cascada de aguas residuales desde el techo de los vestuarios de personal femenino de la planta sótano, inundando rápidamente todas las dependencias. 

En el momento de elaborar este comunicado el vestuario femenino del pasillo de la planta sótano sigue totalmente inundado y durante el cambio de turno, a las tres de la tarde, el personal ha tenido de cambiarse de ropa “bañados” literalmente en aguas residuales (fotos 1 y 2). El tránsito por la planta sótano se ha recuperado. Pero aún no se ha podido detectar la localización exacta del atasco que ha generado todo este caos, ni tampoco, como es obvio, corregirlo.

Para colmo, sobre las 14,30 h. ha tenido lugar otro nuevo atasco (aunque esta vez de aguas limpias) en el quirófano de endoscopias de la segunda planta, donde también se ha inundado una parte de la instalación y ha sido preciso derribar varias placas de techo (foto 3). Este otro atasco no ha tenido nada que ver con el anterior.

La actuación de todo el personal de mantenimiento del hospital y de las pocas trabajadoras de limpieza que hay en el centro ha sido, sin duda, absolutamente entregada y ejemplar, algo que, sin embargo, no podemos decir por desgracia de los responsables de la empresa de limpieza y de los cargos directivos del centro.

Los primeros han brillado durante todo el día por su más absoluta ausencia. Ni uno solo de sus cargos directivos o responsables de nivel medio han aparecido por el hospital para coordinar o interesarse por la situación. Por no poder, no se ha podido ni contactar con ellos cuando se les necesitaba, como viene sucediendo, por desgracia, desde primeros de mes, cuando todos se han marchado de vacaciones a la vez; únicamente la encargada de limpieza del centro ha quedado al mando del personal, pero sin capacidad alguna para tomar decisiones de cualquier tipo. Incluso a la dirección del centro le ha supuesto un esfuerzo considerable poder contactar con ellos, lo que no ha ocurrido hasta bien avanzada la mañana.

Además de ello, y aún siendo conscientes sus responsables de que estaba siendo necesario concentrar a un buen de limpiadoras en los problemas generados por el atasco y retirarlas del resto de sus obligaciones habituales en planta, UTE LISAN ha sido incapaz de reforzar mínimamente la plantilla de limpieza del turno de mañana. Ni una sola trabajadora de limpieza ha sido llamada para reforzar estas actividades en una mañana tan aciaga como la de hoy. Únicamente las denuncias sindicales y la presión a última de la dirección del centro han logrado que a las 4 de la tarde hayan empezado a llegar al hospital algunas limpiadoras de refuerzo para vaciar todo el agua sucia acumulada en el vestuario femenino. Actividad que han tenido que desarrollar con bolsas de plástico metidas por sus zapatos (la empresa no les ha dado botas de agua) y con la misma ropa de trabajo que utilizan en la limpieza de las habitaciones y dependencias de las plantas. Además, todas las trabajadoras que se han avisado para venir a reforzar la tarde ya habían estado trabajando en el turno de mañana, habían salido a las dos de la tarde agotadas de trabajar y han recibido la llamada cuando ya estaban en sus respectivos domicilios (la empresa podría haber llamado desde el primer momento a personal de fin de semana o de contrato, pero no descartamos que lo haya hecho así para que las horas realizadas se consideren como extras y poder pagarlas mediante días libres sin gastar un euro que es lo único que le interesa).

Para colmo, la extracción del agua están teniendo que realizarla con los propios recogedores de suciedad a modo de pala, porque la única máquina extractora de agua que tiene la empresa en el centro se encuentra desde las 14,30 h. sin poder utilizarse, ya que sus baterías necesitan recargarse cada cierto tiempo…¡y no hay otra de sustitución que pueda emplearse!. Como consecuencia de ello, y como ya hemos apuntado antes, todo el personal que utilizan ese vestuario (y que son varios cientos de trabajadoras enfermeras, auxiliares y personal no sanitario) ha tenido que cambiarse prácticamente bañadas en aguas fecales y con el grave riesgo de poder trasladar después esos residuos a sus respectivas unidades en los zapatos  o en las salpicaduras de los uniformes. 

En cuanto a la dirección del hospital, debemos decir que ha sido totalmente incapaz de imponerse al descaro y la falta de diligencia de los responsables de la empresa de limpieza, y ha permitido que, una vez más, se rían en su cara despreciando los requerimientos más básicos que se le han hecho. 

Junto a ello, a la dirección le ha faltado igualmente capacidad para determinar y poner en marcha todas las medidas que una situación como la descrita exigía, buena prueba de lo cual es lo ocurrido con el vestuario del personal femenino a las tres de la tarde: no se ha paralizado el tránsito de trabajadoras hasta que se drenase todo el agua, no se ha ubicado a nadie a la entrada para informar de la situación, no se han puesto medios para priorizar la extracción de aguas del vestuario, etc.

Desde AUTONOMIA OBRERA y CGT del Hospital “Puerta del Mar” consideramos que la situación vivida hoy en nuestro centro (y que aún ahora estamos padeciendo) demuestra claramente el enorme error que ha supuesto asignar el contrato de limpieza a una empresa que lo único que ha hecho desde que entró es recordar plantillas y derechos y a la que, a la vista está, parece que le importa un reverendísimo bledo la higiene real del hospital y la situación de sus pacientes. 

Lo ocurrido también demuestra la enorme pusilanimidad de una dirección que no es capaz de garantizar que las empresas que trabajan para el centro cumplan con lo más básico, y que tiene a la vez enormes dificultades para poner a la cabeza de la gestión cotidiana del hospital a responsables que sepan visualizar las decisiones más precisas en cada momento y ponerlas en marcha con rapidez y precisión.



Nuestro hospital es hoy, y “la crisis de los atascos” así lo demuestra, un centro sin autoridad ni dirección que únicamente sale adelante por el esfuerzo y la dedicación  de la mayoría de sus profesionales de base. Pero esta situación no puede prolongarse por más tiempo y la necesidad de cambios resulta ya perentoria, y el primero de ellos debe ser, sin duda, retirar urgentemente la concesión del servicio de limpieza a UTE LISAN. Es una cuestión de pura higiene hospitalaria.



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