ORGANIZACIÓN Y LUCHA

20 de julio de 2015

Comienzan los cierres de camas y llega la saturación a urgencias



El pasado miércoles, día 15 de julio, la dirección del hospital dio comienzo al cierre masivo de camas en verano que eufemísticamente acostumbran a encubrir bajo la denominación de “reserva de camas”. Y como todos los años también tanto los responsables el SAS como la dirección del hospital se han lanzado a justificar esta medida con la absurda explicación del descenso de la demanda asistencial en estas fechas y otras excusas de similar índole. En total, han sido 72 las camas cerradas en esta segunda quincena de julio, que corresponden a las unidades de Cardiología (3ª planta), Trauma B (5ª planta) y Neumología (9ª planta).
 


Pero la realidad, por desgracia, siempre acaba dando la cara para desmentir con su evidencia la falsedad de quienes intentan ocultarla. Así (y como ya se le advirtió de antemano a la dirección), justo la misma jornada del cierre de camas por la noche, pero sobre todo el jueves 16 por la mañana, ya comenzaron a surgir los primeros problemas graves de ingreso desde el área de urgencias: numerosos pacientes con indicación de ingreso en planta se veían obligados a permanecer más de 24 horas en observación ante la inexistencia de camas libres donde poder ingresar en el hospital. 

La falta de camas de ingreso provocada por el cierre repentino (y totalmente injustificado) de 72 camas ha provocado el colapso inmediato de la unidad de observación de urgencias, hasta el extremo de que ha sido necesario habilitar con rapidez otras cuatro camas adicionales en una sala lateral, cuya ocupación, mucho nos tememos, seguirá aumentando en los próximos días.

Pero como siempre sucede en estos casos de habilitación repentina de una dependencia, sus condiciones de apertura siempre acaban resultando deficitarias. Así, las cuatro nuevas camas de observación se han abierto sin monitores para controlar adecuadamente a los pacientes ingresados (dos de ellos con patología de medicina interna grave) y sin el personal suficiente para atenderlos: tan sólo se ha contratado una enfermera por turno, pero ninguna auxiliar adicional, ni se ha reforzado tampoco el personal médico (parte del cual, además, ha comenzado a disfrutar ya sus vacaciones anuales reglamentarias sin que se le haya sustituido).

La coincidencia de estas dos situaciones (“reserva” de camas y saturación inmediata de la observación de urgencias) demuestra la evidente relación causa/efecto que existe entre los cierres de camas y el deterioro inmediato de las condiciones de atención en urgencias (con toda su posible carga de afectación a la salud de los pacientes) y, por tanto, la evidente negatividad y falta de sentido de esta periódica decisión de nuestros responsables. 

Y lo peor, muy probablemente, es que esta incipiente situación de caos no haya hecho, por desgracia, más que empezar. Dentro de poco se demostrará que las 4 deficitarias camas nuevas de observación no son en absoluto suficiente para compensar el cierre masivo de julio y darán comienzo, entonces, los horrendos ingresos urgentes en la sala de reanimación, las derivaciones de pacientes a centros de hospitalización privados y, cómo no, la peligrosa estrategia de las altas precipitadas en planta para dejar camas libres.
 
No hay que perder de vista, además, que los cierres de camas no sólo suponen un grave perjuicio para los pacientes de urgencias que, por ello, ven atrasado su ingreso, sino que también lo es para aquellos pacientes de las especialidades cerradas que logran una cama, y que ingresan en unidades distintas de las propias. Todos los cierres de camas conllevan un incremento brutal de los ingresos ectópicos (aquellos que se producen en unidades diferentes de las que le correspondería al enfermo/a por la patología que presenta), ya que los pacientes tienden a ser ingresados en la primera cama que queda libre en el hospital sea cual sea su especialidad. Esta práctica conduce a que los pacientes ectópicos sean atendidos por personal no habituado a su patología, provocando, así, un deterioro muy sensible de la calidad asistencial. 

Desde las Secciones Sindicales de Autonomía Obrera y C.G.T. del Hospital “Puerta del Mar” denunciamos, una vez más, esta insostenible situación y reiteramos que el único y verdadero motivo que esconde el cierre de camas es el ahorro económico que supone la reducción de estancias y el uso que se hace del personal “sobrante” de esas plantas para la sustitución de los profesionales que disfrutan de sus vacaciones estivales (y eludir así la contratación de personal). Como tantas veces hemos denunciado ya, “mantener camas inutilizadas para no tener que realizar las necesarias contrataciones constituye, a nuestro juicio, una forma cruel de jugar con la salud de nuestros usuarios para resolver problemas económicos que requieren claramente otras opciones, como, por ejemplo, destinar a contratos los cientos de millones de euros que anualmente se despilfarran en pagar la productividad variable”.

Consecuentemente con todo ello, exigimos a la dirección del centro que se abran inmediatamente todos los controles cerrados y se ponga fin de una vez a esta vergonzosa política de cierres de camas que periódicamente nos imponen. 

Así mismo, reclamamos que se incremente la plantilla de urgencias en todas sus categorías en, al menos, un tercio de su personal habitual para poder abordar con garantías de calidad y eficacia el importante incremento de la presión asistencial que durante los meses de verano se produce en esta unidad.

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