Además de los graves conflictos vividos en los servicios de
Cirugía General y Pediátrica de nuestro centro, no cabe duda de que otro de los
mayores problemas sufridos en el Hospital “Puerta del Mar” durante los últimos
años ha sido el de la limpieza. Ya en 2014, cuando se anunció la convocatoria
del último concurso, comenzaron a saltar las primeras alarmas, que se ampliaron
después con multitud de movilizaciones y denuncias públicas durante los años
2015 y 2016. En la actualidad, las noticias sobre la limpieza del hospital en
los medios no son ya tan abundantes (fruto sin duda del agotamiento y la
disminución de la capacidad de lucha de la plantilla), pero la realidad del
servicio de limpieza es hoy mucho más grave, incluso, que en años anteriores. A
continuación, realizamos un breve repaso del problema esencial que presenta el
servicio de limpieza, de sus causas y efectos sobre el personal y el propio
centro y, finalmente, de las perspectivas que a corto plazo se presentan.
1. EL PROBLEMA ESENCIAL
DEL SERVICIO DE LIMPIEZA HOY
A primeros de 2015, el SAS adjudicó el concurso del servicio
de limpieza del Hospital “Puerta del Mar” a una unión temporal de empresas que,
bajo la denominación “UTE LISAN”, habían constituido FERROSER, ISS y EULEN.
Los Pliegos que regularon aquel concurso recogían una
relación de personal asignado al servicio por aquellas fechas que ascendía a un
total de 160 trabajadoras/es, de las que 119 tenían la condición de fijas a
jornada completa y 41 eran trabajadoras fijas y eventuales a tiempo parcial. Pues
bien, cuando apenas han pasado dos años y medio desde que UTE LISAN asumiera el
servicio en junio de 2015, la foto fija de la plantilla de limpieza ha cambiado
de forma absoluta, ya que aquella cifra de 160 personas se ha visto reducida
radicalmente a tan sólo 121 a primeros de diciembre de 2017, de las que 102 son
trabajadoras/es a jornada completa y 19 a tiempo parcial.
La diferencia de datos entre ambas fechas resulta demoledora
y refleja un porcentaje de reducción de la plantilla de limpieza de un 25%. En
el Hospital “Puerta del Mar”, en suma, se han perdido desde mediados de 2015
hasta finales de 2017 un total de 39 puestos de trabajo de limpiadoras; una
amortización de empleos que UTE LISAN (con plena autorización de la dirección
del hospital) ha llevado a cabo, por un lado, mediante la supresión de todos los
contratos temporales que había cuando cogió el servicio, pero sobre todo
mediante la amortización de la gran mayoría de las vacantes generadas por
jubilaciones e incapacidades permanentes que se han ido produciendo (y
promoviendo) durante este periodo.
2. LA CAUSA DE LA
REDUCCION DE PERSONAL:
La causa esencial de este drástico recorte de plantilla hay
que buscarlo, sin duda, en el concurso que la Plataforma Provincial de
Contrataciones del SAS (dirigida en aquel momento por Rafael Pereiro, como
Director Gerente, y Rafael Higueras, como Director Económico) convocó en el año
2014 para adjudicar el servicio de limpieza de toda la provincia, dividido a su
vez en 3 lotes. Ya por aquel entonces Autonomía Obrera y CGT denunciamos
públicamente que el Lote 3, configurado por los Hospitales de Puerta del Mar y
Puerto Real, se convocaba por un precio de licitación (18.903.364,20 euros) que
era un 18% inferior al coste real del servicio por aquellas fechas. Para colmo,
la adjudicación del contrato a UTE LISAN se realizó por casi un millón y medio
de euros menos (17.550.379,86 euros) que el valor original de licitación. Por
lo que la nueva adjudicataria, UTE LISAN Lote 3, asumió el servicio por un
precio inferior en un 24% a su coste real; una absoluta aberración gestora que el
máximo responsable de la Plataforma por aquel entonces, el Sr. Pereiro, no tuvo
el menor inconveniente en refrendar mediante Resolución de Adjudicación de
fecha 20 de febrero de 2015.
3. LOS MEDIOS
UTILIZADOS PARA REDUCIR EL PERSONAL:
En una de sus primeras reuniones con el Comité de Limpieza
(constituido por 4 delegados/as de A.O., 3 de CC.OO. y 2 de U.G.T.), los
responsables de UTE LISAN reconocieron a los representantes de los
trabajadores/as que el precio por el que habían cogido el servicio no daba para
cubrir el coste de toda la plantilla y que se hacía necesario, por tanto, bien
reducir salarios, bien despedir personal directamente.
El Comité rechazó de forma tajante la amenaza y acordó por
una mayoría de 5 votos (4 de AO y 1 de CC.OO.) contra 4 (2 de CC.OO. y 2 de
U.G.T.) emprender movilizaciones que se anunciaron para primeros de 2016. Pero
ni la plantilla de limpieza era ya la misma que años atrás había reaccionado unida
y con firmeza ante la más mínima agresión empresarial, ni tampoco lo eran las
Secciones Sindicales de CC.OO. y U.G.T., que habían pasado a estar controladas
por nuevos delegados más dados a quedar bien con la empresa y defender
intereses propios que a luchar con firmeza por los derechos del personal.
Consciente de ello, UTE LISAN dio por cerrada, entonces, la Mesa del Convenio
con el Comité y decidió entablar negociaciones directas con las Secciones
Sindicales de CC.OO. y U.G.T., con cuyos líderes no tardó mucho tiempo en
alcanzar un acuerdo (a la baja) de nuevo Convenio que, entre otros recortes, imponía
la congelación salarial, suprimía diversos derechos, eliminaba la referencia a
una plantilla mínima de 161 personas establecida en el convenio de 2013 (119 de
jornada completa y 42 a tiempo parcial) y suspendía hasta el 1 de enero de 2018
el trascendental art. 41 del Convenio que imponía a las empresas la obligación
de cubrir automáticamente cualquier vacante que se produjese, medida, esta
última, que abría la puerta a la
amortización masiva de puestos de trabajo.
No conforme con ello, a mediados de 2017, los mismos
firmantes de aquel pacto decidieron dar una nueva vuelta de tuerca a su
estrategia de reducción de plantilla firmando una revisión del convenio que,
entre otras cuestiones, atrasaba la recuperación del art. 41 hasta el 1 de
enero de 2019, reducía la plantilla de jornada completa a sólo 100 personas,
dejaba la de tiempo parcial en 21 personas únicamente, e imponía a estas
últimas trabajadoras una extenuante jornada laboral de 10 horas de trabajo los
sábados y otras 10 h. los domingos.
4. LOS EFECTOS DE LA
REDUCCIÓN DE PERSONAL:
A) SOBRE LA PROPIA PLANTILLA: el principal efecto del recorte del
personal de limpieza en un 25% ha sido
sin duda el brutal incremento de la carga de trabajo que han sufrido las/os
trabajadoras/es que aún siguen en plantilla; mientras que hace 3 años, por
ejemplo, lo habitual era que cada trabajadora de turno de mañana tuviese
asignada una sola unidad de hospitalización, en la actualidad cada limpiadora
tiene asignada un mínimo de dos o tres unidades y, en algunos casos, hasta una
planta completa (por ejemplo, la 7ª planta de Pediatría). A su vez, este
aumento de la carga de trabajo ha provocado que el absentismo por incapacidad
temporal se haya elevado de un 12% a cerca del 20%, sobre todo por problemas
musculoesqueléticos y episodios ansioso-depresivos causados, estos últimos, por
el fuerte estrés laboral al que está sometido el personal de limpieza.
B) SOBRE LOS NIVELES DE
LIMPIEZA: hasta la
entrada en vigor del nuevo contrato de limpieza con UTE LISAN, el hospital y
todas sus dependencias se limpiaban íntegramente cada jornada. Pero la
situación cambió radicalmente a partir de mediados de 2015 y se agravó sobre todo
a primeros de 2016, cuando pasa a convertirse en habitual que las habitaciones
de pacientes se limpien de forma rápida una sola vez al día y otras muchas
dependencias se limpien tan sólo cada varios días o, incluso, una sola vez por
semana; por otro lado,
si antes del nuevo contrato una dependencia se limpiaba de forma integral
(suelos, mobiliarios, baño y papeleras), desde la llegada de UTE LISAN los
recortes han provocado que las limpiezas se realicen muchas jornadas de forma muy parcial
y deficiente, por
ejemplo, limpiando suelos y baños solamente, retirando sólo bolsas de basura,
etc.; de ese modo, la empresa aparenta que todo se limpia, aunque en el fondo
nada se haga de la forma adecuada. Aunque no se tiene acceso a los datos
oficiales, todo apunta a que en los últimos años se ha producido un cierto repunte
de las enfermedades nosocomiales en el centro, que podría estar relacionado de
algún modo con el incremento de los niveles de suciedad en el hospital.
5. LAS PERSPECTIVAS A
CORTO PLAZO: en
varias ocasiones ya, se ha anunciado por parte de la dirección del centro la
finalización del contrato con UTE LISAN y la convocatoria de un nuevo concurso
que corregiría, supuestamente, alguno de los déficits del anterior,
reconociéndose así que lo que se fraguó y adjudicó en 2014 por los entonces
máximos responsables de la Plataforma de Contrataciones, los Sres. Pereiro e
Higueras, no se correspondía realmente con lo necesario. Pero, a pesar de esos
anuncios, lo cierto es, primero, que nada se ha hecho hasta la fecha para
corregir ese despropósito; segundo, que el nuevo concurso (cuyos pliegos, se
dice, ya han sido enviados a Sevilla para su revisión) ha sido elaborado por
los mismos responsables (a excepción del cesado Pereiro) que ya hicieron y
publicaron el anterior; y, tercero, que su contenido, como siempre, no ha sido
dado a conocer a la plantilla ni a sus representantes para su negociación. Bajo
estas condiciones, lo previsible es que el nuevo pliego no haga más que formalizar
el recorte de plantilla ya sufrido, y que cualquier nuevo incremento
presupuestario que pueda presentar lo sea a cambio de algún aumento paralelo de
la actividad contratada.
Vistas las gravísimas consecuencias que en tantos aspectos ha
tenido el concurso de limpieza que se aprobó en 2014, el de 2017 debería haber
conllevado una decidida apuesta del SAS por la transparencia, el análisis de
los errores cometidos y la adopción de medidas consensuadas con la plantilla para
corregir la situación. Pero, por desgracia, nada de lo anterior se ha producido
y el nuevo pliego circula por ahí, escondido de despacho en despacho hasta su
publicación definitiva y, con toda seguridad, repentina para que no sea posible
modificar nada. Como en 2014, la pretensión manifiesta del SAS es diseñar un
nuevo concurso de limpieza a su medida y sin participación alguna de las
trabajadoras. En aquella ocasión los intentos de Autonomía Obrera por movilizar
a la plantilla para modificar los pliegos antes de su publicación fueron
rechazados rotundamente con el argumento de que “ya se pelearía más adelante, cuando llegara la empresa”. Los
resultados de aquel insensato error saltan hoy a la vista y marcan bien a las
claras cual es el único camino que el personal y todos los usuarios del
hospital tenemos hoy para evitar que el caos en el servicio de limpieza del
hospital continúe prolongándose en los próximos años.
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