A buenas horas...

Dentro del catálogo de despropósitos que nuestro hospital está desplegando a diario en relación al desastroso desarrollo de las obras que se están llevando a cabo en nuestro centro, hoy le vuelve a tocar el turno a las obras del Salón de Actos. Dichas obras se iniciaron a principios de julio y, ya el pasado día 21 de julio tomamos una foto en la que se puede observar como había sido desmantelado casi por completo.

La normativa prevé la necesidad de aislar completamente las obras que se realizan en el interior de un recinto hospitalario, por los riesgos de infección que el polvo generado por la misma conllevan.

Pues bien, no ha sido hasta este viernes, día 28 de julio (suponemos que en respuesta a nuestras denuncias) cuando la empresa contratista ha iniciado los trabajos de aislamiento del recinto, tal y como la Ley obliga, incumpliendo gravemente los protocolos de prevención de infecciones (fundamentalmente por hongos). En la foto, tomada dicho viernes 28 se ve como se han iniciado los trabajos, los cuales han continuado el día de hoy. 

Resulta increíble que la fase más crítica de las obras, cuando más polvo y residuos se generan, haya concluido sin que se haya hecho absolutamente nada por minimizar los efectos indeseables que toda obra genera y que, sin embargo, por una cuestión de imagen, estos trabajos se lleven a efecto de forma totalmente extemporánea, a raíz de nuestra denuncia pública.

Resulta evidente que el obligado control de las obras está haciendo agua en nuestro hospital desde hace tiempo y pensamos que es hora de pedir responsabilidades a todas las personas implicadas, desde los Técnicos de Prevención (más preocupados por perseguir a las/os trabajadores/as en su intento de que toda contingencia profesional sea calificada como enfermedad común), a los responsables de Medicina Preventiva (por su dejación en un tema que les compete indudablemente), a los responsables de obras (por su falta de seguimiento y control de los trabajos) y a la Dirección del centro (por su manifiesta incompetencia para coordinar dichos trabajos y por no exigir el cumplimiento estricto de la ley en materia de Higiene Hospitalaria y de Prevención de Riesgos Laborales.