ORGANIZACIÓN Y LUCHA

7 de junio de 2015

Fuerte aumento de las infecciones intrahospitalarias en la unidad de cuidados intensivos del hospital “Puerta del Mar”



Los recortes y la propia incapacidad gestora del equipo de dirección sigue haciendo estragos en el Hospital “Puerta del Mar”, y de forma especialmente sensible en los últimos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro. 

Si hace poco más de un mes fue el conato de tragedia que provocó el incendio (aún inexplicado) de un cuadro eléctrico, y hace dos semanas la reaparición de ulceras en los pacientes por la escasez de colchones de aire, ahora le ha tocado el turno al estallido de las infecciones nosocomiales o intrahospitalarias en nuestra Unidad de Cuidados Intensivos.

Las infecciones nosocomiales son aquellas que contraen los pacientes al resultar infectados por microorganismos  patógenos existentes en las propias instalaciones hospitalarias, muchos de los cuales desarrollan un fuerte resistencia a los antibióticos y aumentan el riesgo de mortalidad en porcentajes muy importantes. 

Aunque las infecciones intrahospitalarias han sido un problema constante en la Unidad de Cuidados Intensivos (por la falta de aislamiento entre camas, fuerte inmunodepresión de muchos de los pacientes, técnicas invasivas, uso de respiradores, etc.), desde hace tres semanas la situación de alarma terminó estallando ante los elevados valores que se registraban de infecciones nosocomiales en pacientes. 

Según parece (porque la dirección no ha facilitado información alguna sobre esta crisis), la bacteria aislada en esta ocasión ha sido de nuevo la Acinetobacter baumanii, una de las de mayor capacidad expansiva y de difícil erradicación por su resistencia a la mayoría de los antibióticos conocidos, y que fue la causante, como se recordará, de un gravísimo brote en el año 2008 en el Hospital 12 de Octubre de Madrid al afectar a 252 pacientes, 18 de los cuales fallecieron a causa de dicha bacteria según una investigación del propio centro.  

El aumento de las infecciones nosocomiales por esta bacteria en nuestra UCI ha llegado a alcanzar tal gravedad que las medidas adoptadas por la dirección han resultado absolutamente extremas. Así, se han dado instrucciones para aislar y separar completamente las cuatro áreas que configuran la UCI (Coronarias, Polivalente, Intermedio e Interpol); se han reducido al mínimo los desplazamientos del personal sanitario entre las diferentes unidades (en un principio incluso se prohibieron); para el acceso a las zonas con mayores niveles de infección es obligatorio el uso de trajes desechables; se ha asignado una trabajadora de limpieza específica para cada una de las unidades (hasta ahora había una sola trabajadora para toda la UCI) y lo mismo ha sucedido con el personal Celador; se han catalogado las unidades en zonas blancas, grises y negras según el grado de infección de cada una; y se ha cerrado durante varios días Polivalentes (la unidad con mayor presencia de bacterias) para proceder a su desinfección completa. En definitiva, una manifiesta situación de crisis que ha transformado la unidad de UCI de nuestro centro en un verdadero campo de batalla bacteriológico. La pasada semana, aún permanecían 5 enfermos en aislamiento colonizados por esta peligrosa bacteria.

El incremento desmesurado de las infecciones intrahospitalarias en nuestra UCI pone de manifiesto, en nuestra opinión, el fracaso absoluto de las tardías medidas de control establecidas hasta la fecha para reducir al mínimo estas infecciones, así como la total falta de previsión y la incapacidad más absoluta de una dirección que es la principal responsable, precisamente, de que este tipo de niveles de contaminación no se alcancen jamás. 

En multitud de ocasiones hemos denunciado a dirección las graves deficiencias arquitectónicas que presenta nuestra unidad de UCI y sus implicaciones sobre las infecciones nosocomiales, sin que ninguna de las millonarias y muy cuestionadas obras realizadas en la misma haya servido, en lo más mínimo, para corregir el problema. De igual modo hemos criticado los graves efectos de la permanente movilidad de pacientes entre unidades por los graves efectos que conlleva de traslado de los microorganismos patógenos entre unidades. Y en multitud de ocasiones hemos criticado también como la falta de sustituciones y el aumento del número de pacientes por trabajador no hacía más que facilitar las posibilidades de transmisión involuntaria de este tipo infecciones. Sin embargo, ninguna de tales consideraciones han sido asumidas por los diferentes responsables del centro, que se ha limitado a promover exclusivamente medidas de higiene y protección individual de los profesionales sin entender que (aun resultando imprescindibles) tales prácticas resultan inútiles cuando no se abordan en paralelo los cambios arquitectónicos, organizativos y de personal que están en la base del crecimiento de las cepas infecciosas en la UCI, ni se establecen medidas de prevención previas, en lugar de aumentar los recursos necesarios  una vez se ha producido el brote.

Este nuevo frente de crisis en UCI (que se viene a sumar, como ya hemos dicho, a otros graves problemas en la misma unidad y a otros muchos en el resto del centro) no hace sino reflejar la grave incapacidad gestora que, a nuestro juicio, sufre el actual equipo directivo de nuestro centro y que, entendemos, requiere una sustitución urgente.
Consideramos, además, inaceptable que, en un asunto de esta gravedad,  la dirección mantenga una actitud de absoluto secretismo, sin ofrecer a los representantes sindicales una información veraz de lo que sucede en UCI y sin convocar siquiera el Comité de Seguridad y Salud del centro. 

Por todo lo expuesto, desde las Secciones Sindicales de Autonomía Obrera y C.G.T., exigimos de los responsables del SAS el cese inmediato del equipo directivo de nuestro centro, así como la apertura de una urgente investigación externa que delimite con claridad el alcance de la infección, las consecuencias sobre los pacientes afectados, y las medidas definitivas que habría que adoptar en la Unidad de Cuidados Intensivos para minimizar estas situaciones.

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