Las especialidades de Cirugía Maxilofacial y Cirugía Plástica
son, sin duda, dos de las más importantes de nuestro centro, tanto por la
complejidad de su actividad quirúrgica, como por tratarse de especialidades que
no existen en ningún otro hospital público de nuestra provincia, lo que hace
que su población de referencia ascienda a más de 1.300.000 habitantes (al
incluir también las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla). En 2017, además, se
les concedió a la unidad de Cirugía Maxilofacial el certificado de calidad que
otorga la Consejería de Salud a través de la Agencia de Calidad Sanitaria de
Andalucía (lo que, por cierto, fue rápidamente aprovechado por los responsables
de nuestro hospital para hacerse la correspondiente campaña de autopropaganda
que tanto les gusta).
La unidad de hospitalización de Cirugía Maxilofacial y
Plástica tiene asignadas en nuestro hospital un total de 20 camas, que se ubican
en el extremo este de la 4ª planta, donde son ingresados aquellos pacientes a
los que el equipo médico de ambas especialidades (compuesto por un total de 15
personas) les ha practicado, por ejemplo, intervenciones quirúrgicas por
patología oncológica orocérvicofacial, lesiones traumatológicas faciales,
tumores cutáneos, cirugía reconstructiva en el cáncer de mama, injertos de
piel, etc. Así mismo, la gran especificidad y complejidad de los cuidados
posquirúrgicos de estos pacientes requiere que la enfermería de ambas unidades (constituida
por un total de 16 profesionales) disponga de unos elevados niveles de
experiencia práctica y formación.
Pues bien, a pesar de atender a una población de
referencia que supera el millón de habitantes, a pesar de la complejidad de su
actividad quirúrgica y de los específicos conocimientos que su enfermería
requiere, AMBAS ESPECIALIDADES VIENEN SUFRIENDO DESDE PRIMEROS DE VERANO DE
ESTE AÑO EL CIERRE COMPLETO DE SU UNIDAD DE HOSPITALIZACIÓN Y LA DISTRIBUCIÓN
FORZOSA DE SUS PACIENTES EN OTRAS UNIDADES del hospital o donde exista en cada
momento una cama libre para poder ingresarlos. La decisión resulta, sin duda,
nefasta tanto para los pacientes como para los profesionales de ambas unidades,
siendo sus efectos más negativos los que siguen:
·
Inseguridad de
los pacientes ingresados: ya que los especiales cuidados posquirúrgicos que
requieren ya no son prestados por la enfermería propia de la unidad, sino por
otros compañeros/as con experiencia específica de cuidados en otras
especialidades (lo que puede dificultar la eficacia final de los procedimientos).
·
Deterioro de la
gestión de camas y, por tanto, de los ingresos, al tener que depender de la
existencia o no de camas disponibles en otras unidades.
·
Suspensión de
intervenciones programadas, ya que, incluso en aquellos casos en que se ha
logrado ingresar al paciente en alguna cama de otro servicio, se ha dado el caso de que la
intervención prevista ha tenido que suspenderse por no contar la unidad de
ingreso con la información necesaria sobre el preoperatorio concreto que
precisa el paciente.
·
Y, claro está,
una disminución de camas disponibles en el resto de las especialidades donde
terminan ingresados los pacientes de Maxilofacial y Plástica.
La aberrante decisión de dejar a ambas especialidades
sin su unidad de ingreso se enmarcó dentro del que, todos los años, la gerencia
de nuestro centro denomina eufemísticamente Plan de Obras de Verano y que no es
otra cosa, en el fondo, que una descarada estrategia para cerrar camas y
ahorrar contrataciones; en este caso concreto se justificó “el destierro” de
los pacientes de cirugía maxilofacial y plástica por la necesidad de ubicar en su
unidad de hospitalización de la 4ª planta a los pacientes de oncología en cuya
unidad de origen (ubicada en la 5ª planta) se iban a realizar una serie de
obras. Pero lo cierto es que el control de oncología ha estado cerrado todo el
verano y en él no se ha movido un ladrillo, ni se ha realizado la menor
reparación; de hecho, no ha sido hasta el mes de octubre cuando una empresa
privada externa no ha comenzado a realizar en oncología de la 5ª planta las
obras para modificar los cuartos de baño de toda la unidad, y que
previsiblemente se prolongarán hasta finales de año.
Desde Autonomía Obrera y CGT consideramos
absolutamente inaceptable y vergonzoso este cierre prolongado y sin necesidad
de la unidad de Cirugía Maxilofacial y Plástica de nuestro centro. Las obras
que actualmente se están realizando en el control de oncología se podrían haber
ejecutado perfectamente durante los meses de julio y agosto, lo que habría
permitido que Cirugía Maxilofacial y Plástica recuperasen su unidad de
hospitalización natural a finales de agosto o primeros de septiembre; no
haberlo hecho así constituye una agresión insostenible a todos los pacientes de
ambas especialidades y una tomadura de pelo descomunal a todos sus profesionales,
sobre todo si se considera que la finalidad última de todo cierre no es otra,
en el fondo, que el poder disponer de su personal de enfermería para cubrir
huecos en otras unidades y reducir, así, el gasto de contrataciones. Como
siempre pasa con el SAS, el ahorro es más importante que la asistencia.
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