Salvo que resulten estrictamente imprescindibles, los
abajo firmantes nunca hemos sido partidarios de la realización de obras de
envergadura en nuestro hospital, tanto por los gravísimos problemas de infecciones
y falta de limpieza que pueden generar, como por la convicción que siempre
hemos tenido de que los grandes problemas de nuestro centro no son, en
absoluto, arquitectónicos, sino más bien funcionales: grave déficit de
plantilla, falta de actividad por las tardes e insuficiencia de medios,
esencialmente. Por desgracia, esa no ha sido nunca la postura de los sucesivos
Gerentes/as de nuestro hospital, que siempre han hecho de la realización
constante de obras un elemento trascendental de su estrategia de gestión, hasta
el extremo, muchas veces, de acometer actuaciones sobre obras previas ya
realizadas por anteriores cargos directivos (las unidades de urgencias y UCI
son un claro ejemplo de esa absurda reiteración de cambios arquitectónicos al
albur del capricho de cada gerencia).
Pues bien, si esa posición respecto a la política de
obras la hemos defendido siempre y para cualquier periodo de nuestra existencia
como centro, con más razón aún entendemos que tiene plena validez en momentos
en que nos enfrentamos a graves crisis sanitarias, como la que actualmente
sufrimos con la pandemia por covid 19, cuyos episodios más agudos ya se han
superado, pero de la que aún no hemos salido en absoluto (aunque la
irresponsabilidad social de muchos así lo pueda hacer creer).
Pero tampoco ahora la actual gerencia del hospital
(designada por el PP) parece coincidir en lo más mínimo con esa postura, ya
que, según ha anunciado en las diversas sesiones informativas llevadas a cabo en
las última semanas, este verano de 2020 (el verano de la covid 19 y de los
riesgos permanente de rebrotes) va a ser, sin duda, el periodo estival en que
un mayor número de grandes obras van a acometerse en nuestro centro, algo
absolutamente paradójico y, sin lugar a dudas, profundamente preocupante.
Así, entre las obras que ya se han anunciado que se
realizarán figuran las que siguen:
1. Remodelación completa del servicio de cocina (que
va a conllevar su cierre durante casi 4 meses y que el gran grueso de nuestras
comidas de pacientes vayan a ser preparadas en el exterior del hospital por un
catering privado).
2. Remodelación completa del laboratorio de bioquímica
de la primera planta, cuya ejecución está asignada a la empresa Abbott, que
aportará también todos los aparatos y suministros del nuevo laboratorio durante
varios años.
3. Remodelación completa del módulo exterior que albergaba el punto de extracción de sangre, la unidad de trabajo social y diversas dependencias de gestión de citas y listas de espera, donde se va a construir un nuevo hospital de día médico que aglutine todos los existentes en el interior del centro.
4. Remodelación completa del vestíbulo de acceso
principal del centro, donde se van a hacer obras para ampliar el punto de información
e instalar también las dependencias del servicio de seguridad (actualmente en
planta sótano).
5. Y adecuación de los laboratorios de Hematología y
Genética de la primera planta.
Ninguna de las obras citadas tiene nada que ver con
preparación alguna de nuestro centro para cualquier posible repunte futuro de
la pandemia por covid 19 y, de hecho, todas ellas ya estaban aprobadas y
programadas desde hace varios años, si bien su ejecución se ha mantenido
paralizada por las más diversas e irresponsables razones, viniéndose a
reactivar, sin duda, en el periodo más inadecuado de nuestra historia sanitaria
reciente.
A todas estas obras, además, habrá que sumar las ya
anunciadas en las distintas unidades de hospitalización que se van a cerrar
este verano entre los hospitales Puerta del Mar y San Carlos (4 en el primero y
una en el segundo) para la realización, como ellos dicen, de obras de
remozamiento de los controles, baños, etc.
Como se ve, toda una relación de obras de gran y
mediana envergadura que van a convertir nuestro centro hospitalario (y muy
especialmente las plantas sótano, baja y primera) en una especie de gran
promoción urbanística que concentrará no sólo todos los problemas propios que
cualquier obra conlleva en un hospital (polvo, suciedad, molestias, etc.), sino
también todos los que provoque el abandono (en pro de las mismas) de otros
objetivos asistenciales más trascendentes, a nuestro juicio, en estos momentos.
Desde las Secciones Sindicales de AO y CGT entendíamos
que este verano de 2020 debía ser para nuestro hospital el momento de avanzar
casi de forma exclusiva en dos grandes líneas de actividad:
·
Por un lado, la
puesta al día inmediata y urgente de todas las listas de espera que se han indo
incrementado de forma brutal durante los tres últimos meses de la fase aguda de
la pandemia por Covid 19 (lo que habría exigido el mantenimiento al 100% de
toda nuestra actividad en estos meses).
·
Y, por otro, la
completa preparación de nuestro centro (en adecuación de instalaciones,
acumulación de materiales y desarrollo del conocimiento y formas de trabajo)
para cualquier posible nueva ola de pandemia por covid 19 que pueda acontecer a
partir de octubre.
Pero, por desgracia, nada de lo anterior parece que
vaya a suceder. Si ya el anuncio hace dos semanas de los cierres de controles
previstos y la menor tasa de cobertura del personal que se marcha de vacaciones
dejaban claro que lo asistencial no iba a ser la gran prioridad de nuestros
gestores este verano, ahora el anunciado dato de las obras previstas viene a
demostrarnos a que se van a dedicar prioritariamente los escasos recursos
económicos de que disponemos y cuáles van a ser las principales preocupaciones
de nuestros directivos entre julio y octubre: obras, obras y más obras.
Frente a dicha estrategia, las Secciones Sindicales de
AO y CGT reiteramos que ninguna de las obras descritas (que han estado
paralizadas, de hecho, durante años) reúne la urgencia necesaria para tener que
acometerla inexcusablemente este verano y consideramos, así mismo, que toda la
atención y recursos de que pueda disponer actualmente nuestro hospital (tanto
humanos como económicos) deben centrarse de forma prioritaria en los dos objetivos
antes citados: poner al día todas nuestras listas de espera y preparar el
hospital para los grandes retos asistenciales que nos esperan después del periodo
estival.
Por todo lo expuesto, demandamos del equipo directivo
del hospital y de los responsables sanitarios de la provincia un cambio urgente
de la estrategia gestora que vienen desplegando, de forma que pongamos con
urgencia todo el foco de nuestra actividad en la mejora efectiva de la atención
a nuestros pacientes (tanto asistencial como preventivamente) y se dejen a un
lado actividades y proyectos que, sin duda, pueden seguir esperando tiempos
mejores para su ejecución.
Cádiz, a veinticuatro de
junio de dos mil veinte.
Enlace a Diario Bahía de Cádiz
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