1. DATOS ACUMULADOS DE AFECTADOS/AS A 8 DE ABRIL:
Durante el fin de semana del 4 y 5 de abril, más de 30 trabajadoras/es de nuestro hospital pasaron a engrosar las filas de aislamientos por contacto o casos confirmados de COVID-19, lo que elevó la cifra acumulada de personal afectado por la pandemia (bien como caso positivo confirmado o en cuarentena domiciliaria por contacto estrecho) a un total de 483 casos desde el comienzo de los registros por el hospital, que se distribuyen, a fecha del 8 de abril, del siguiente modo:
1. CASOS POSITIVOS:
Existentes a 8 de abril: 36.
Altas acumuladas (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 3.
Total Acumulados (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 39
Altas acumuladas (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 3.
Total Acumulados (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 39
2. AISLAMIENTO DOMICILIARIO POR CONTACTO ESTRECHO:
Existentes a 8 de abril: 132.
Altas acumuladas (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 312.
Total Acumulados (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 444.
3. AFECTADOS (POSITIVOS + CONTACTOS ESTRECHOS):
Existentes a 8 de abril: 168.
Altas acumuladas (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 315.
Total Acumulados (desde comienzo toma datos hasta 8/abril): 483.
El dato absoluto final (483 trabajadores/as afectados/as hasta el 8 de abril) resulta, sin duda, notablemente elevado y supone un 14,1% de la plantilla total de los hospitales de Puerta del Mar y San Carlos (3.425 trabajadoras/es, según web del hospital), ¡casi una sexta parte del personal de ambos centros!
2. EVOLUCIÓN DE AFECTADOS/AS DESDE 27 DE MARZO:
Pero, si preocupante es esa cifra absoluta y acumulada de los trabajadores/as afectados/as desde que el hospital comenzó a tomar registros (fecha que desconocemos), aún más preocupante resulta el ritmo de su evolución desde la fecha en que se nos empezaron a facilitar algunos datos a los sindicatos (27 marzo) hasta el pasado 8 de abril, que ha sido la que sigue:
Total afectados/as hasta 27 de marzo: 249 trabajadores/as.
Total afectados/as hasta 8 de abril: 483 trabajadores/as.
Diferencia: + 234 trabajadores/as.
Es decir, que, en el plazo de 12 días, la cifra de nuevos afectados (234) es casi tan grande como la contabilizada desde el inicio de los registros hasta el 27 de marzo (249). Una media de 19,5 nuevos afectados por día.
Esa cifra media, sin embargo, no ha sido constante, ya que la evolución general a lo largo de esos 12 últimos días de los que tenemos datos no ha sido, en absoluto, homogénea. Así, si desagregamos esa cifra total de nuevos casos por cada uno de los dos últimos periodos de 6 días comunicados (eludimos valorar el periodo hasta el 27 de marzo porque no sabemos cuándo se empezaron a contabilizar los datos), los resultados son los que siguen:
Esa cifra media, sin embargo, no ha sido constante, ya que la evolución general a lo largo de esos 12 últimos días de los que tenemos datos no ha sido, en absoluto, homogénea. Así, si desagregamos esa cifra total de nuevos casos por cada uno de los dos últimos periodos de 6 días comunicados (eludimos valorar el periodo hasta el 27 de marzo porque no sabemos cuándo se empezaron a contabilizar los datos), los resultados son los que siguen:
Como se aprecia en la primera fila (y sin valorar el dato de 219 NC registrados hasta el 27 de marzo al desconocer a que periodo corresponde), se constata un aumento muy notable del dato de nuevos casos durante el periodo del 2 al 8 de abril (140) sobre el periodo anterior (94), con un crecimiento del 148,9%, y una relación media de NC/día que pasa de 15,66, durante el periodo del 27/3 al 2/4, a nada menos que 23,33 durante el periodo del 2 al 8 de abril. Este fuerte incremento de los nuevos casos durante el último periodo de 6 días del que tenemos datos resulta notablemente preocupante porque viene a acreditar que sigue sin controlarse en lo más mínimo el aumento de los casos por contacto estrecho, que constituyen el grueso del conjunto de afectados/as (de hecho, de los 483 afectados acumulados desde comienzos de los registros, sólo 39 corresponden a positivos, de los que ya han sido alta).
En cuanto a las altas de afectados/as, se aprecia claramente que, hasta el 27 de abril (y como consecuencia esencialmente del descontrol de las primeras semanas y la falta de reactivos para PCR), la cifra de altas fue muy reducida, casi ínfima; mientras que a partir de esa fecha, y como resultado, seguramente, de la llegada de reactivos, crecen de forma notable las altas durante el periodo del 27/3 al 2/4 (151 en tan sólo 6 días) para luego descender y adquirir valores más normalizados durante el periodo del 2 al 8 de abril (134 en 6 días).
3. SOBRE LAS CAUSAS DEL ALTO NIVEL DE AFECTADOS/AS:
En cuanto al motivo concreto de ese importante crecimiento de los afectados, resulta muy complejo avanzar causas con precisión, ya que la dirección del centro no facilita datos al respecto, a pesar de habérselos solicitado y resultar trascendentes para poder realizar propuestas adecuadas de estrategia preventiva desde la representación sindical.
No obstante, a pesar de esa interesada opacidad de la dirección, los abajo firmantes estamos convencidos de que el alto volumen de afectados (positivos y casos contacto) que sufrimos en nuestro centro no ha respondido, en realidad, a la vía de transmisión inicialmente más presumible y temida, el contagio directo de un paciente probable o confirmado hacia un trabajador/a sin uso de EPI, sino a contactos internos (mayoritariamente con compañeros pero también con pacientes) derivados de errores en materia de gestión, concretamente: errores en materia de protección para prevenir el contagio entre trabajadores/as o errores en el manejo clínico de pacientes con falsos negativos y clínica respiratoria aguda.
A) LA FALTA DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN ENTRE COMPAÑERAS/OS:
A nuestro juicio, la primera causa, sin duda, del alto nivel de afectados/as entre el personal del hospital (ya sean contagios confirmados o cuarentenas por contacto) la ha constituido aquella situación en que el foco del contagio venia dado por otro trabajador/a de nuestra propia plantilla, contagiado/a previamente a nivel comunitario y que, a través de la actividad laboral diaria, transmitía el virus al resto de su equipo de trabajo. Esta primera causa de contagios, a su vez, se ha visto, a nuestro juicio, muy favorecida, por la nefasta estrategia preventiva dentro del centro que desde un primer momento pusieron en pie todas las autoridades sanitarias y entre ellas, claro, la dirección de nuestro hospital, que defendió a capa y espada que no era necesario el uso de mascarillas (salvo que se atendiera a pacientes con clínica respiratoria) y nunca puso demasiado interés en concienciar y promover medidas de protección, distanciamiento y desinfección en la propias unidades. ¡Es más, incluso hubo un periodo en que muchos cargos intermedios amenazaban con sancionar a trabajadoras/es si empleaban las mascarillas quirúrgicas en los controles, pasillos, ascensores, etc.! De ahí los numerosos correos que hemos enviado a dirección desde mediados de marzo (que ponemos a disposición de quienes quieran leerlos), la nota pública que enviamos a todos los medios y redes sociales el día 21 de marzo, y las conclusiones que enviamos a dirección el día 1 de abril sobre una reunión previa celebrada con ellos el 27 de marzo.
B) LOS FALSOS NEGATIVOS CON CLINICA RESPIRATORIA:
En cuanto a la segunda causa, se encuentra localizada, a nuestro juicio, en los casos de falsos negativos de pacientes a los que, a pesar de presentar una clínica respiratoria aguda, no se les llegó a realizar inicialmente una segunda prueba, permaneciendo ingresados bajo otro juicio clínico durante semanas hasta realización de una segunda prueba y resultado positivo.
Esta situación se produjo, por ejemplo, en el caso de un paciente que sobre mediados de marzo fue trasladado desde Medicina Interna a Trauma A con resultado inicial de test negativo pero clínica respiratoria grave (e, incluso, en tratamiento con aerosoles, según información aparecida en prensa), pero al que no se le realizó nuevo estudio hasta el 23 de marzo, que resultó positivo. Como consecuencia de ello, todo el personal de trauma A y gran parte de Medicina Interna pasaron a situación de aislamiento por contacto estrecho.
Y lo mismo ha vuelto a suceder (no se aprendió nada de aquel episodio) a finales de la pasada semana en la unidad de Cirugía General; de hecho, un porcentaje importante del fuerte aumento de personal aislado durante el periodo comprendido entre el 2 y el 8 de abril corresponden al personal de esta unidad, que estuvo atendiendo durante cerca de un mes a un paciente quirúrgico que presentaba también clínica respiratoria aguda y que resultó negativo en una primera prueba para SARS-CoV-2 hecha a mediados de marzo. La persistencia de la clínica respiratoria habría aconsejado, a nuestro juicio (ya que siempre puede haber errores en la toma de muestra o por otros factores), la repetición de la prueba y la aplicación, mientras tanto, de todas las medidas preventivas propias de un caso probable de COVID-19 (entre otras su traslado a la unidad de casos probables). Pero, ni se efectuó traslado alguno, ni se aplicaron las medidas de protección propias de un caso dudoso o probable de COVID-19. Además, y según hemos podido averiguar los abajo firmantes (ya que la dirección no ha respondido a las preguntas que le hemos realizado), a finales de marzo, al parecer, se levantó el aislamiento respiratorio al paciente y se llegó a programar incluso su traslado a otro hospital. Fue este hecho, y la exigencia del nuevo centro de destino de una segunda prueba, lo que obligó a nuestro hospital a realizarle un segundo test, que, en esta ocasión, sí dio positivo para SARS-CoV-2. ¿Resultado de todo ello?: la declaración en cuarentena durante, al menos, 14 días de toda la plantilla de Cirugía General y su citación para la realización de pruebas, de las que varias, con toda probabilidad, resultarán positivas.
4. CONCLUSIÓN:
De lo expuesto, cabe alcanzar dos conclusiones básicas: la primera es que el nivel de nuevos afectados/as (casos positivos + casos contacto) no cesa de crecer de forma constante, lo que constituye un gravísimo problema tanto para la salud de todo el personal que se ve afectado, como también para la propia funcionalidad y capacidad de respuesta del hospital, que, por esta causa, pierde profesionales en un momento de especial complejidad asistencial, y los pierde, además, entre su personal más experto y con mayor antigüedad.
Y la segunda conclusión, como ya hemos apuntado antes, es que ese gravísimo problema para la salud del personal y la capacidad operativa del centro responde claramente a los enormes errores cometidos por la dirección del hospital en la gestión de esta crisis. A nuestro juicio, la actual dirección no sólo no ha aplicado una firme y masiva estrategia de prevención de contagios entre compañeros/as (imponiendo el uso obligatorio de mascarillas y formando y exigiendo el cumplimiento de medidas básicas de desinfección, distanciamiento, reducción de grupos, etc.), sino que ha promovido expresamente todo lo contrario, como lo acredita el vergonzoso cartel que aún cuelga por el hospital indicando el NO uso de mascarillas en multitud de espacios y entre numeroso personal. Y tampoco ha cumplido su tarea en materia de indicación de pruebas y seguimiento de casos, como se acredita, a nuestro juicio, con la reiteración de falsos negativos de pacientes con clínica respiratoria grave a los que no se efectúa una segunda prueba de confirmación de resultado. En consecuencia (y dejando para más adelante la exigencia de dimisión inmediata de todos ellos), consideramos urgente (sobre todo a la vista de los datos de evolución de nuevos casos) que se adopten amplias medidas correctoras en esas dos direcciones ya citadas. Es preciso generalizar y profundizar las medidas de prevención colectiva que mil veces hemos reclamado ya, y que figuran en todos nuestros correos a dirección (uso obligatorio de mascarilla, distancias de seguridad, medidas de desinfección constante, etc.); y resulta urgente también corregir el protocolo de pruebas para reducir al mínimo los riesgos de falsos negativas entre pacientes (y también entre trabajadores).
Y la segunda conclusión, como ya hemos apuntado antes, es que ese gravísimo problema para la salud del personal y la capacidad operativa del centro responde claramente a los enormes errores cometidos por la dirección del hospital en la gestión de esta crisis. A nuestro juicio, la actual dirección no sólo no ha aplicado una firme y masiva estrategia de prevención de contagios entre compañeros/as (imponiendo el uso obligatorio de mascarillas y formando y exigiendo el cumplimiento de medidas básicas de desinfección, distanciamiento, reducción de grupos, etc.), sino que ha promovido expresamente todo lo contrario, como lo acredita el vergonzoso cartel que aún cuelga por el hospital indicando el NO uso de mascarillas en multitud de espacios y entre numeroso personal. Y tampoco ha cumplido su tarea en materia de indicación de pruebas y seguimiento de casos, como se acredita, a nuestro juicio, con la reiteración de falsos negativos de pacientes con clínica respiratoria grave a los que no se efectúa una segunda prueba de confirmación de resultado. En consecuencia (y dejando para más adelante la exigencia de dimisión inmediata de todos ellos), consideramos urgente (sobre todo a la vista de los datos de evolución de nuevos casos) que se adopten amplias medidas correctoras en esas dos direcciones ya citadas. Es preciso generalizar y profundizar las medidas de prevención colectiva que mil veces hemos reclamado ya, y que figuran en todos nuestros correos a dirección (uso obligatorio de mascarilla, distancias de seguridad, medidas de desinfección constante, etc.); y resulta urgente también corregir el protocolo de pruebas para reducir al mínimo los riesgos de falsos negativas entre pacientes (y también entre trabajadores).
Si se mantiene la dotación de medios de protección adecuados en las plantas 8ª y 9ª, UCI y Urgencias (algo por cierto que, a fecha de elaboración de este informe, vuelve a presentar serios déficits), se conseguirá reducir al mínimo los casos por contagio directo en esos ámbitos de mayor riesgo natural, pero lo anterior no servirá de nada, si no se complementa con las medidas que acabamos de plantear en esos dos campos (protección colectiva y criterios en falsos negativos) para todo el resto del hospital.
Cádiz, a diez de abril de dos mil veinte.
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